MARDUK EN CHILE: 35 Años de “Panzer Division Marduk”

Marduk en chile – Fotos Rubén Garate @brutal_pebre_

Treinta y cinco años después de su fundación, Marduk volvió a Santiago por sexta vez con una
presentación que reafirmó su estatus como una de las fuerzas más implacables del black metal
mundial. En un Teatro Cariola casi repleto, donde se sentía y respiraba la oscura devoción, la
noche prometía la interpretación íntegra de Panzer Division Marduk (1999), y los suecos
cumplieron con precisión quirúrgica: una máquina de guerra bien aceitada que arrasó sin dejar
sobrevivientes.
La jornada comenzó puntual con dos nombres fundamentales del metal extremo chileno nortino:
Undertaker of the Damned y Profanator, quienes prepararon el terreno con un despliegue de
brutalidad que dejó claro que en Chile también se empuña fuego negro de alto calibre.

Profanator: fuego del norte chileno

Profanator: fuego del norte chileno – Fotos Rubén Garate @brutal_pebre_

El ritual profano comenzó con los copiapinos de Profanator, quienes descargaron su directo
black/thrash metal con una energía abrasadora. Su presentación fue una descarga de adrenalina,
fuerza escénica y pura furia, donde el poco público presente a esa hora los apoyó como si el teatro
estuviera lleno. Incluso se escucharon vítores desde sus nortinas tierras.
Queda al debe el apoyo masivo, entendiendo que el show comenzó temprano en un día laboral.
Su mezcla de oscuridad, velocidad y cambios de ritmo evocó el espíritu de los años 80, pero con un
sonido actual que destacó por su musicalidad directa y riffs afilados. “Peste, Caos y Muerte”,
“Alcoholic Vomit Assault” y sobre todo “Vómito de Sangre y Arena” fueron verdaderos
detonantes de la podrida blasfemia que presenciamos, sorprendiendo con el encore “Profanación
de la Virgen”, plenamente disfrutado por el respetable.
Profanator logró algo difícil: encender el motor y la atención antes de un acto tan esperado como
Marduk, demostrando oficio y contundencia con un sonido más auténtico y sin adornos técnicos.

Undertaker of the Damned: el eco de la vieja escuela

Undertaker of the Damned – Fotos Rubén Garate @brutal_pebre_


Desde La Serena, Undertaker of the Damned —viejos conocidos del underground nacional—
demostraron por qué siguen siendo un referente del metal extremo chileno. Con más de tres
décadas de trayectoria, ofrecieron un set que osciló entre el black y el death metal más clásico,
con una ejecución sólida y una actitud que rememoró los tiempos en que la escena extrema local
era puro instinto y convicción.
Mención especial al manejo escénico de Chakalator (algunos dicen que es el hermano perdido de
este servidor), quien con sus desplazamientos y potente voz atraía todas las miradas.

Sabemos que el Cariola es un recinto complicado en cuanto a sonido, pero en este caso ese reverb
natural —con el teatro ya llenándose a esa hora— jugó a favor del espíritu primitivo y cavernoso
que caracteriza a la banda. La apertura sónica se engrandeció, envolviéndonos en esos trémolos
infernales. Entre percusión brutal, riffs circulares, melodías del averno, voces guturales y una
presencia sin adornos, Undertaker recordó que el metal extremo no necesita artificios para ser
genuino.
A esa altura, el ambiente ya estaba listo para recibir a la máquina de guerra divina del show
principal, con el público llegando en masa.

El arribo de la máquina de guerra: Marduk

Fotos Rubén Garate @brutal_pebre_

Cuando las luces se apagaron y la intro bélica anunció el comienzo, el Teatro Cariola explotó en
vítores. Marduk apareció como una entidad que no necesita presentaciones: Mortuus al frente,
un espectro de oscuridad con voz abismal; Morgan Håkansson erguido como comandante
absoluto; Simon Schilling tras la batería, convertido en una ametralladora MG42 sin freno; y un
bajo que hizo de cada nota una explosión sónica.
Desde el primer tema —“Panzer Division Marduk”— el sonido fue un asalto total: preciso,
implacable, sin concesiones.
La interpretación completa del álbum de 1999 no fue un simple ejercicio de nostalgia, sino una
declaración de principios. En una época donde muchas bandas suavizan su discurso o su velocidad,
Marduk reafirmó su compromiso con la brutalidad, la coherencia artística y la autenticidad lírica.
Cada tema cayó como una bomba: “Baptism by Fire”, “502”, “Blooddawn”, “Christraping Black
Metal”… todos ejecutados con la precisión que solo se logra tras décadas de disciplina marcial.

Fotos Rubén Garate @brutal_pebre_

Segunda ofensiva: el repaso infernal
Tras completar el álbum y una breve outro, el cuarteto lanzó una segunda parte del set repleta de
clásicos: “Those of the Unlight”, “Slay the Nazarene”, “With Satan”, “Shovel Beat”, “The Black”,
cerrando con “Bleon Beast”, entre otros.
En esta parte, la conexión con el público fue total: cada riff coreado, cada golpe de batería
acompañado por cientos de puños levantados. Mortuus, fiel a su estilo, habló poco, pero cada
gesto y mirada impusieron respeto. Morgan, siempre imperturbable, fue el corazón rítmico de la
devastación, acompañado del compás bestial de Schilling.

Análisis y legado
El sonido de Marduk es, en esencia, un violento bombardeo, y esta vez no fue la excepción. Como
mencionamos, el recinto es difícil de domar, pero los temas sonaron compactos. Dependiendo de
la ubicación, se podía apreciar plenamente los frenéticos riffs y la metralla infernal de la batería. La
voz, dentro del contexto, se entendía bien.

Fotos Rubén Garate @brutal_pebre_

Si bien muchos aún extrañan a Legion, Mortuus hizo un impecable trabajo al más puro estilo de
Marduk: directo y sin piedad. Quizás algo impredecible —en Colombia, por ejemplo, no cantó Slay
the Nazarene, dejando a Morgan en aprietos—, pero el trabajo se cumplió.
Ver a Marduk en 2025 es presenciar una maquinaria que ha sobrevivido al tiempo, a la
controversia y a la saturación del género. No hay artificio ni nostalgia forzada: lo suyo es
consistencia, velocidad y oscuridad absoluta.
A 35 años de su creación, la banda no solo celebra su historia; la reafirma con una intensidad que
avergonzaría a muchos actos jóvenes.
El público chileno, históricamente devoto del metal extremo, respondió con la misma pasión de
siempre —aunque sabemos que en estos estilos oscuros rara vez hay mosh (si hubo un atisbo
entre los más jóvenes)—, conscientes de que conciertos así no se repiten con frecuencia.

Fotos Rubén Garate @brutal_pebre_


Al salir del Teatro Cariola, las calles parecían vibrar aún con los ecos aniquiladores de los blast
beats. Marduk no vino a ofrecer un show: vino a recordar por qué el black metal sigue siendo una
de las formas más puras y extremas de expresión musical dentro del abanico metalero de estilos.
Treinta y cinco años después, Morgan Håkansson sigue al mando del tanque. Y anoche, ese
tanque pasó por Santiago dejando una sola certeza:
la guerra no santa del black metal aún no termina, y aún queda violencia lírica por expulsar.

Reseña: Jorge Díaz, músico desde 1989 y banger del metal desde 1987
Evento: Marduk – 35 Years Anniversary / Panzer Division Marduk Full Album
Produce: Chargola Pro
Lugar: Teatro Cariola, Santiago – 30 de octubre de 2025

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