THE UNHOLY TRINITY 2025: Crónica de una Noche Infernal en el Caupolicán

Diabolvs abrió las puertas del infierno y los asistentes demostraron por qué merecían estar en este cartel de leyendas. Cuando las luces se apagaron y los primeros riffs de Claudio Carrasco (voz), Sergio Aravena y Rolando Castillo (guitarras), Felipe Vuletich (bajo) e Ian Huidobro (batería) comenzaron a retumbar en el Caupolicán, el quinteto chileno abrió con toda la furia del old school death metal, interpretando material de su aclamado EP “Rite of Consecration” (2020). Los riffs graves y los blast beats demoledores de Huidobro establecieron inmediatamente el tono de la noche: esto sería brutal, sin piedad, sin concesiones. La banda presentó adelantos de su primer álbum de larga duración, material inédito que demuestra una evolución notable en su propuesta.

NIDHOGG – La Bestia Polaca Emergente
Después de un breve cambio de escenario, los también polacos NIDHOGG tomaron el control del Caupolicán para desatar su particular visión del black/death metal contemporáneo. La banda, nombrada en honor a la serpiente que roe las raíces del árbol del mundo en la mitología nórdica, llegó con toda la intención de dejar su marca. La banda viene a representar la nueva generación del metal extremo polaco, y su set lo demostró con creces. Sin duda son una banda emergente prometedora de la escena y esperamos volverla a ver.

DEICIDE – Los Pioneros del Death Metal Blasfemo, para cuando llegó el momento que muchos esperaban Glen Benton (voz/bajo), con su característica cruz invertida marcada en la frente, emergió como una figura siniestra en medio del humo y las luces rojas. La banda atacó con la ferocidad de sus mejores años, interpretando un setlist que combinó sabiamente clásicos inamovibles con material más reciente.
La característica voz de Glen Benton —esos guturales devastadores intercalados con agudos escalofriantes— sonó tan brutal como siempre. A sus 58 años, Benton sigue siendo una fuerza de la naturaleza, comandando el escenario con la autoridad de quien lleva décadas desafiando todas las convenciones. Los riffs icónicos, esos que definieron el death metal en los ’90, retumbaron en el Caupolicán con una claridad y potencia impresionantes. La sección rítmica mantuvo un pulso implacable durante todo el set, sin dar tregua.

BEHEMOTH – Los titanes de la Trinidad Profana, finalmente los polacos cerraron esta trinidad profana con un espectáculo que fue mucho más allá de un simple concierto. Fue teatro, ritual, ceremonia y devastación sónica, todo condensado en 90 minutos de intensidad absoluta. Cuando las luces se apagaron completamente y los primeros acordes resonaron en el Caupolicán. Adam “Nergal” Darski emergió como un sumo sacerdote de la oscuridad, con su característico corpse paint y una presencia escénica que solo décadas de experiencia pueden otorgar. La banda interpretó un setlist que abarcó toda su carrera, desde material de “The Shit ov God” (su trabajo más reciente) hasta clásicos inmortales que definieron su sonido. La mezcla fue perfecta: suficiente material nuevo para mostrar su evolución, pero también los himnos que el público esperaba escuchar. Adam “Nergal” Darski demostró por qué es considerado uno de los frontman más completos del metal extremo. Su presencia escénica es magnética. Entre canciones, Nergal se dirigió al público chileno con respeto y gratitud, palabras chilenas se aprendió exclusivamente para interactuar con su público. Un carisma natural fue muy bien recibido por el público expectante.

Los metaleros chilenos demostraron una vez más por qué tienen reputación en toda Latinoamérica. Desde las primeras notas de Diabolvs hasta el final del set de Behemoth, el público entregó toda su energía. Los pits fueron intensos pero respetuosos, la camaradería entre los asistentes fue evidente, y el conocimiento de las bandas y sus repertorios fue impresionante.

Fotografías por: Rubén Garate
Nota por: Sergio Jiménez. Fromhell.cl
Produjo: Chargola prod.