Por Viviana Bahamondes El gélido invierno porteño no fue impedimento para que el legendario Marty Friedman encendiera los motores del Club Segundo Piso en Valparaíso. Fue una noche cargada de virtuosismo y pasión, donde la maestría del guitarrista nipón-estadounidense se impuso al frío, dejando a los asistentes completamente encendidos.
La velada comenzó con la potente propuesta de las bandas teloneras. Primero, la furia y precisión de Against, la reconocida banda argentina de thrash metal. Su descarga sonora y letras punzantes levantaron la energía de la sala, dejando claro por qué son una de las agrupaciones más respetadas de la escena sudamericana. Después, el maestro de la guitarra chilena, Alejandro Silva, subió al escenario. Con su inconfundible estilo de metal progresivo e instrumental, Silva demostró por qué es considerado uno de los guitarristas más influyentes del país, cautivando al público con su técnica depurada y melodías complejas, preparando el terreno de forma brillante para el acto principal.
La presentación fue impecable. Marty interactuó constantemente con el público, bromeando y agradeciendo la cálida recepción a pesar del frío. Su ejecución fue, como siempre, sublime; cada nota, cada bending, cada pasaje exótico, fue entregado con una pasión y una técnica que solo él posee. La banda de apoyo fue fundamental, brindando una base sólida y dinámica que permitió a Friedman brillar en todo su esplendor.
Marty Friedman no solo ofreció un concierto de alto nivel técnico y artístico, sino que también creó una conexión genuina con su público, demostrando que la música no tiene barreras, ni siquiera las del inclemente invierno o las diferencias culturales. Fue una experiencia que sin duda quedará grabada en la memoria de todos los asistentes.
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Sergio Bahamondes