A más de cuatro décadas de su irrupción en la escena del rock mundial, TOTO, la banda estadounidense que redefinió los límites del rock melódico, regresa a nuestro país con un show que promete ser histórico. La cita es el próximo 11 de diciembre en el Arena Claro, y llega precedida por un sold out rotundo en su última presentación en suelo chileno, confirmando que su legado sigue más vivo que nunca.

Encabezados por los incombustibles Steve Lukather y Joseph Williams, TOTO traerá de vuelta ese cóctel inconfundible de virtuosismo instrumental, estribillos inmortales y una energía en vivo que atraviesa generaciones. El repertorio será una celebración de su impactante trayectoria, con himnos como “Africa”, “Rosanna” y “Hold the Line”, acompañados de joyas como “Hydra”, “Falling in Between”, “Dave’s Gone Skiing” y muchas más que siguen sonando en radios y playlists alrededor del planeta.
Desde su formación en Los Ángeles en 1977, la banda ha vendido más de 50 millones de discos, y en 1983 alcanzaron la cima con el álbum Toto IV, que les valió seis premios Grammy, incluyendo Álbum del Año y Grabación del Año. Su influencia no solo permanece intacta: se renueva y conquista a nuevas audiencias, consolidando a TOTO como un pilar imprescindible en la historia del rock.
Pero eso no es todo: la velada contará con la participación de Christopher Cross, ícono del soft rock y autor de baladas que definieron toda una era. El cantautor texano llegará con su arsenal de éxitos, entre ellos “Sailing”, “Ride Like the Wind” y “Think of Laura”, en un repaso a una carrera que lo llevó a ganar cinco Grammys en una sola noche —incluyendo los cuatro premios más importantes— además de un Oscar y un Globo de Oro por su incursión en el cine.
Con más de 10 millones de álbumes vendidos, Cross será el complemento perfecto para una noche en la que la nostalgia, el talento y la emoción se fundirán en un viaje sonoro irrepetible.

El 11 de diciembre, el Arena Claro será testigo de una auténtica peregrinación musical. Los boletos ya están a la venta y, si tomamos en cuenta el fervor de la última visita, no durarán mucho.